miércoles, 23 de marzo de 2011

Cuatro tratados marcan la relación entre Bolivia y Chile

La historia entre Bolivia, su Litoral y Chile está marcada por cuatro tratados, dos de los cuales se suscribieron antes de la invasión y guerra de 1879 y tienen un enfoque limítrofe, y otros dos que tratan el asunto marítimo.

El primer acuerdo entre ambas naciones es del 10 de agosto de 1866 y establece el límite fronterizo en el paralelo 24, que quedaba entre Paposo (en el sur) y Antofagasta (en el norte) y determina que las riquezas existentes (guano) y por descubrir entre el paralelo 23 y 25 serían compartidas a mitades por ambas naciones. Así, Chile accedía a 50% de los beneficios de la riqueza guanera del morro de Mejillones.

Ese mismo año se inicia el poblamiento de Antofagasta, hasta ese entonces una localidad inhóspita y que empezó a ser poblada en gran medida por exploradores ávidos de riqueza del guano y el salitre y que instalaron su centro de operaciones en Cobija.

El 6 de agosto de 1874 se suscribió otro tratado que ratifica la frontera en el paralelo 24 y establece que Bolivia se compromete a no incrementar impuestos en 25 años a las explotaciones de salitre y minerales, en manos sobre todo de capitales chilenos y británicos.

Cuatro años después, el presidente Hilarión Daza promulga una ley que gravó con 10 centavos el quintal de salitre que exportase la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta. Éste fue el pretexto del Gobierno chileno para invadir el litoral boliviano.

El cuarto tratado es un convenio sobre transferencia de territorios del 18 de mayo de 1895. El documento pese a ser ventajoso para Bolivia, dice el diplomático y ex canciller Armando Loaiza, no fue refrendado por los legisladores nacionales.  Esta decisión derivó en que Bolivia perdiese una gran oportunidad para volver al mar.

El acuerdo establecía que Chile, en caso de tener dominio y soberanía sobre los territorios de Tacna y Arica los transferiría a Bolivia y en caso de no poder obtenerlos se comprometía a ceder “la caleta de Vitor, hasta la Quebrada de Camarones” y realizar un pago de cinco millones de pesos de plata de 25 gramos.

Loaiza enfatiza en que el acuerdo fue el más “positivo de la historia boliviano-chilena, pero no fue ratificado por fallo del congreso boliviano. Así, Bolivia no aprovechó esa oportunidad histórica”.

El tratado de 1904 de Paz y Amistad firmado en Santiago sepultó las aspiraciones marítimas al reconocer el derecho absoluto y perpetuo de Chile sobre los territorios obtenidos en la Guerra del Pacífico. A cambio, da una salida al mar, pero sin soberanía, entre otros aspectos.

Loaiza sintetiza que la tendencia de los tratados y negociaciones entre Bolivia y Chile se han caracterizado por una salida marítima para Bolivia por el norte de Arica. ¿Por qué por esta zona? Porque era improbable que Chile aceptara afectar su continuidad territorial, en otras palabras, el vecino país no cortaría su territorio. Sin embargo, desde 1929 surgió un nuevo elemento cuando Chile y Perú suscribieron el Tratado de Lima.

“Perú empieza a jugar un rol importante porque en 1929 cuando define su problema en el tratado de Lima con Chile, Tacna para Perú y Arica para Chile, ahí ponen una cláusula que dice que ningún acuerdo se puede hacer sin la consulta al otro”, dice Loaiza. “Perú tiene una carta muy fuerte en sus manos”, acota.

Resumen tratado 1904


I. El artículo I establece que ambos países deciden restablecer las relaciones de paz y amistad.
II. Reconoce que Chile tiene dominio absoluto y perpetuo de los territorios ocupados. Establece los límites de sur a norte entre ambas naciones.
III. Chile construirá un ferrocarril que unirá el puerto de Arica con El Alto de La Paz.
IV. Chile deberá entregar a Bolivia 300 mil libras esterlinas.
V. Chile cancela definitivamente créditos reconocidos por Bolivia por indemnización en favor de las mineras de Huanchaca, Oruro y Corocoro y otras deudas.
VI. Chile reconoce en favor de Bolivia y a perpetuidad el libre tránsito comercial por su territorio y puertos.
VII. Bolivia podrá constituir agencias aduaneras en puertos de Antofagasta y Arica.
VIII. El intercambio comercial será  con reglas igualitarias.
IX. Los productos naturales y manufacturados de Chile para internarse en Bolivia serán despachados con factura consular.
X. Los productos naturales y manufacturados de Bolivia serán exportados con guías y franqueados por las aduanas de Bolivia.
XI. Establece que Bolivia deberá aplicar en Antofagasta durante un año el sistema de exportación mencionado en el artículo X antes que ponerlo en marcha en Arica.
XII. Cualquier arbitraje sobre el tratado será realizado por el emperador de Alemania.

Los hitos entre Bolivia y Chile

1872, noviembre
El Congreso autoriza al presidente Agustín Morales a suscribir un tratado de alianza con Perú, que es aprobado por el Parlamento peruano en abril de 1873 y por la Asamblea boliviana en junio de ese mismo año, bajo la presidencia del general Adolfo Ballivián. 

1877, enero
El representante diplomático de Gran Bretaña en Santiago informa a su gobierno de que “se están haciendo esfuerzos para inducir a Chile a adueñarse de Antofagasta y de la costa adyacente. Hace tiempo que Chile está dirigiendo ojos codiciosos a ese puerto de Bolivia”.

1877, 9 de mayo
Un maremoto, acompañado de fuertes sismos,  afecta toda la costa y deja en semirruinas las casas de Antofagasta, Mejillones y Tocopilla. El principal puerto boliviano de la época, Cobija, que empezaba a reponerse del terremoto de 1868, fue prácticamente borrado del mapa.

1878, 10 de febrero
El Congreso boliviano aprueba un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre a las compañías chilenas, cuyos accionistas eran ministros de ese país. La decisión es para ayudar en tareas de reparación de los edificios tras el maremoto. Chile dijo que así se violaba el Tratado de 1874.

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