miércoles, 23 de marzo de 2011

Loreto Correa, Académica de la Universidad de Santiago de Chile

¿Es posible hoy un acuerdo de acceso soberano al mar por parte de Bolivia?

No, definitivamente, este gobierno ha dejado un espacio para todo tipo de negociaciones comerciales y de integración en todos los niveles. La vía soberana no se encuentra en las plataformas de análisis de ningún organismo, ni autoridad del Estado. Hasta donde tengo entendido, y a la fecha, la Cancillería y el presidente Piñera tienen absoluta conciencia de que no es posible hacerlo.

¿Habrá soluciones graduales para empezar a resolver la mediterraneidad boliviana?

Sí, creo que gradualmente el tema soberano resulta poco práctico a la hora de empezar las negociaciones. En la práctica, la integración física no la requiere, y la comercial, menos. Los acuerdos suscritos entre los dos países proporcionan vías mucho más prácticas y viables para mejorar la relación bilateral en todos los contextos.

¿Qué acciones más o menos inmediatas se pueden pensar en beneficio mutuo?

El tema de los puertos, la seguridad fronteriza, los pasos, el tren y la carretera que nos unen deberían mejorar. Los resultados deberían medirse tanto por el aumento de la balanza comercial a favor de Bolivia, como por un estudio nuevo sobre integración energética. Si Bolivia condiciona la relación a la soberanía, Chile seguirá en su misma postura. Chile no gana nada dando territorio; si Bolivia gana algo, tengo dudas: porque no es un tema sentimental el que prima en la construcción de las relaciones, sino un tema político económico. Porque Bolivia no tiene dinero ni para un puerto, ni para construir otra carretera.

¿Cómo está el sentimiento de los chilenos hacia Bolivia y su demanda de mar?

En relación a la demanda marítima, los avances no existen sino en el contexto del diálogo de la agenda de los 13 puntos, diálogo que en el punto 6º es nulo hasta aquí. La presidencia indígena no ha alterado la relación, hoy se comercia algo más que hace 10 años, pero no tiene que ver con el presidente Morales, sino con la oferta exportadora de ambos países. Hoy se conoce más a Bolivia, esto tiene que ver con la globalización, con la cercanía personal entre Bachelet y Morales, pero no precisamente con su condición de indígena.

La razón chilena

1.El argumento de que la civilización de Tiwanaku tuvo presencia en el Pacífico no es relevante.  

2.Así como ciertos historiadores aseguran que  la Audiencia de Charcas tuvo un litoral en el Pacífico, existen otros que afirman, también con evidencia, que no tuvo dicho litoral.

3.Los especialistas chilenos insisten en que, desde la Colonia hasta hoy, Bolivia es básicamente un núcleo altiplánico.

4.En vísperas de la Guerra del Pacífico, la inmensa mayoría de la población y de las minas e instalaciones en el área disputada correspondía a chilenos.  

5.En el estallido de la Guerra del Pacífico los gobiernos chilenos se limitaron a dar respuesta a amenazas inminentes: el Tratado Secreto de 1873 entre Bolivia y Perú, cuyo fin era prepararse para enfrentar a Chile.

6.Abraham Koning, representante en La Paz en 1900: “Chile ha ocupado el litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al imperio la Alsacia y la Lorena... Nuestros derechos nacen de la victoria, la ley suprema de las naciones. Que el litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale...”

7.Es necesario dejar de lado la acusación de que Chile en la época de la guerra fue un país belicista y que buscó el enfrentamiento a toda costa. La verdad es que una parte sustancial de sus dirigentes se pronunció contra la guerra.

8.Entre Chile y Bolivia no hay asuntos territoriales ni de límites pendientes, sino sólo la aspiración marítima de una de las partes; el tratamiento de este asunto es bilateral, privativo a Bolivia y Chile.

Extractado de El Largo
Conflicto, Luis Maira (Chile)

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